Hubo un hombre que nació en un pueblo casi desconocido,
hijo de la sencilla esposa de un humilde carpintero.
Trabajó en una carpintería hasta los 30 años. Y entonces,
durante 3 años fué un predicador ambulante.
Jamás escribió un libro, ni ocupó cargo alguno,
Jamás tuvo casa propia;
Y jamás puso pie dentro de una gran ciudad.
Jamás se alejó de 300kms. de donde nació.
No tenía más credenciales que su propia persona.
No tuvo nada que ver con los asuntos de este mundo
a excepción, de la influencia que ejerció sobre las almas.
Siendo aún un hombre jóven, la marea de
la opinión popular se le volteó.
Sus amigos huyeron de su lado;
uno de ellos lo negó.
Otro de ellos lo entregó a sus enemigos.
Soportó la burla de su juicio.
Fué bajado de la cruz y colocado en un
sepulcro prestado a la merced de un amigo.
XIX largos siglos han pasado desde entonces,
mas hoy "EL" constituye
el núcleo espiritual de la raza humana
y es el lider de la columna del Progreso,
y quedamos anonadados al darnos cuenta
de que todos los ejercitos que jamás hayan marchado,
de que los parlamentos que jamás hayan sesionado,
y de que todos los reyes que jamás hayan regido.
Todos, conjuntamente, nunca han afectado
la vida del hombre sobre esta tierra
tan profundamente como lo hiciera
durante los 33 años de su breve vida
un solo hombre.