Wednesday, February 02, 2011


Muchas personas equivocan la palabra igualdad con clasismo, esto es debido a que piensan en una utopía de un mundo en el cual todos vivamos exactamente igual, tengamos los mismos ingresos y bienes muebles e inmuebles.. Lógicamente esto nunca sucederá y es casi increible pensar que todavía existan personas que consideran esto posible o incluso justo.
Las personas que tienen la dicha de poder estudiar y forjarse como profesionales tienen también el derecho de ganarse limpiamente su dinero, el cual lógicamente será en mayor cantidad que las personas que desafortunadamente no han tenido la dicha de ir a la escuela y a la universidad y hacer una profesión u maestría. La razón por la cual titulé "¿La Igualdad o el Clasismo?" a este artículo es debido a que muchas personas pregonan la igualdad pero tratan de forma distinta, con rechazo y rencor a las personas que no son de su clase social. Curiosamente, esta situación sucede desde los dos puntos de vista, tanto del más adinerado como del menos adinerado.

En el caso de la persona más acaudalada, muchas veces, actúan con prepotencia y maltratan, rechazan y humillan a las personas con menos posibilidades. Sin embargo, me he dado cuenta que muchas de las personas que tienen menos posibilidades, de por sí, le tienen ya recelo a aquel que ha conseguido más cosas materiales. Muchas veces, juzgan a las personas simplemente por su física y bienes. Si ven a la persona con vehículo, con joyas, con buena ropa, fisicamente atractiva.. Ya la titulan de "plástica" y hasta llega a caerles mal, solamente por lo que ven en el exterior, sin siquiera darse la oportunidad de conocerla más y darse cuenta cuales son sus sentimientos, personalidad y puntos de vista. Es realmente triste que aquellos que muchas veces proclaman la igualdad social, sean clasistas al apartar, rechazar, maltratar y humillar a las personas solamente por que tienen más posibilidades económicas.

Existen tantas personas ciegas en este mundo, y no me refiero a una ceguera física, sino a una ceguera espiritual, en la cual el complejo de inferioridad, muchas veces autoimpuesto, no les permite ver más alla de la apariencia de las personas y los hace juzgarlas antes de conocerlas. La riqueza o la pobreza no es algo que se refleje en lo económico, sino en el corazón de cada ser humano.