Heridas del Alma

Dicen que duele más una herida en nuestro interior causada por algún sufrimiento que las heridas o golpes físicos que podamos recibir. Es verdad que se experimenta interiormente un dolor verdadero, se puede realmente sentir en nuestro pecho acumulación de sufrimiento que solo lo vamos liberando a medida que lloramos y nos desahogamos un poco.

La verdad es que la vida es una montaña rusa y nunca sabremos qué o quién nos causará un nuevo dolor, una nueva herida en el alma. Muchas veces con el tiempo logramos ir cerrando algunas heridas que tenían tiempo de estar abiertas y sin embargo con alguna nueva experiencia volvemos a sentir el mismo dolor.. Sin duda no podemos por temor a sufrir dejar de vivir las experiencias buenas y malas de la vida, solo que muchas veces ese temor a volver a sufrir nos hace dejar de vivir al máximo cada nueva oportunidad que se nos presenta.

El secreto quizás está en dejar respirar la herida, dejar que se seque con el viento, que se lave con el agua, hasta que finalmente vaya cerrando al pasar el tiempo. Despues de todo no es malo hacer un alto en el camino y reposar tras haber quedado agotado de luchar, de creer, de soñar, de pensar, de accionar, de argumentar y de lamentar... Somos humanos y tenemos sentimientos, somos susceptibles y sensibles a los gestos, a las palabras y acciones.

Duele mucho salir herido una vez más, haber creído, haber confiado y haber descuidado nuevamente nuestro corazón al dejarlo quizás en las manos equivocadas.. Sin embargo duele más no haber sabido valorar aquello que tuvimos y que perdimos y que no volverá ya que se fue cansado de esperar una reacción que nunca sucedió.